Cuando creas una página web, tienes que colocar los ficheros de la web en un ordenador en Internet que esté conectado 24×7, lo que se llama un servidor, para que la gente pueda acceder sin problemas.
Este espacio que un proveedor te alquila se llama hosting o alojamiento web.
Puede ser de varios tipos:
- Hosting compartido: te alquilan espacio en una máquina que está compartida entre muchos clientes.
- Servidor privador virtual, VPS: la máquina la dividen en máquinas virtuales, cada uno con recursos que te aseguran.
- Hosting dedicado: es un servidor sólo para ti. Realmente recomendable si tienes varias páginas web (el coste de los alojamientos supera el del alquiler anual del servidor.
- Hosting Cloud: un tipo de hosting que permite aumentar o disminuir recursos (procesador, RAM, espacio) según se necesiten. Ideal para ocasiones en los que la carga del servidor aumenta por temporadas, como eventos o ferias.
¿Cuál es el mejor alojamiento?
Depende del proyecto, porque cada uno de los alojamientos mencionados se ajustan a un tipo de proyecto, cliente o momento.
Si que os decimos que los alojamientos muy baratos, aunque buenos para empezar, suelen limitar recursos, y eso puede repercutir en la velocidad de tu web, y por lo tanto en tu posicionamiento SEO.
Pero alojamientos muy caros tampoco merecen la pena.
El servidor dedicado es fácil, merece la pena si tienes un número de alojamientos (webs) cuyo coste sea mayor que el alquiler del servidor. Pero requiere conocimientos o soporte para gestionar (podéis contactarnos para ello).
Y el servidor cloud, o servicios como AWS, son perfectos para proyectos donde haya picos temporales. Pero son más caros para webs normales.
Te lo explicamos aquí en este vídeo:
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